Yo también me quedo©

por | Abr 30, 2024 | 2 Comentarios

“Es una paradoja que todos los dictadores hayan subido al poder por la escalera de la libertad de expresión. Inmediatamente después de alcanzar el poder cada dictador suprimió la libertad de expresión a todos excepto la suya propia.”
(Herbert Clark Hoover)

Pareciera como si no aprendiésemos, como si lo vivido en muchos países de nuestro entorno más o menos cercano no calase en nuestras democráticas conciencias. En las historias políticas de esos países que todos tenemos en mente nos encontramos con líderes que, acorralados por escándalos de corrupción y presiones ciudadanas, enfrentan la disyuntiva de renunciar o aferrarse al poder. Sin embargo, en demasiadas ocasiones, estos estúpidos y mediocres líderes de «opereta» optan por la segunda opción, desafiando las bases de la democracia despreciando la voluntad del pueblo que los eligió. En estos momentos de inquietud e incertidumbre, por lo que está sucediendo aquí en nuestro país, surge o debe surgir una postura valiente y desafiante con el autoritario, sonora o silente que deje nítido y sin lugar a dudas el mensaje de: «YO TAMBIÉN ME QUEDO».

El reciente ejemplo de un triste plagio de un dictador caribeño que, a pesar de las abrumadoras evidencias de corrupción y el clamor popular por su renuncia, decide mantenerse en el poder con el simple gesto de declarar «ME QUEDO», representa una afrenta a los principios democráticos y un desprecio ante quienes lo eligieron. Más precisamente ante ellos porque en teoría fueron estos, sus seguidores, quienes más confiaron en él. Ante esta situación, es necesario que aquellos que creemos en la democracia y por supuesto en la imparcialidad de la justicia, sigamos elevando nuestra voz y con más con firmeza si cabe: «YO TAMBIÉN ME QUEDO», pero del lado de la justicia, la transparencia y el respeto a las personas y por supuesto a las instituciones.

El gesto de quedarse en el poder a pesar de las circunstancias adversas podría interpretarse como un acto de valentía y determinación, pero en realidad ante lo que estamos, creo yo, es ante un acto de cinismo, egolatría, frustración por incompetencia, cobardía consecuencia del miedo ante las consecuencias y autoritarismo. Al negarse a dimitir, este mal llamado líder -dado que no va a la cabeza de nada, puesto que son otros los que le están configurando la agenda- demuestra su desprecio por los llamados contrapesos democráticos: Jueces, Periodistas, Empresas, Instituciones, Organismos, etc. y su voluntad de aferrarse al poder a cualquier precio, incluso a costa del sufrimiento y la indignación de su propio pueblo. Por lo que además y visto lo visto, se podría inferir sin temor a equivocarnos que su esencia es tan mala como perverso su proceder porque da la impresión que disfruta haciéndolo.

«YO TAMBIÉN ME QUEDO», pero del lado de la democracia y del Estado de Derecho. No me quedo callado ante la corrupción y el abuso de poder. Levanto mi voz que es muy pequeña pero es la mía, exigiendo que se haga justicia ante este ataque a las libertades, que los responsables, sean quienes sean, rindan cuentas hasta las últimas consecuencias de todas sus tropelías y que se restaure la confianza en nuestras instituciones democráticas. Una ciudadanía, libre, abierta, plural, democrática, alegre, solidaria, sensible, avanzada… no puede, porque quizá tampoco deba, permitir que un líder presuntamente rodeado de corrupción y con ciertos atisbos antidemocráticos intente secuestrar nuestro derecho a un gobierno transparente y responsable y sobre todo, democrático.

Comienza a ser hora que todos aquellos que creemos en los valores democráticos, como razón de sana convivencia, nos unamos con un solo grito: «YO TAMBIÉN ME QUEDO». Lo hago y lo seguiré haciendo porque no me rindo ante la corrupción, el autoritarismo y la dictadura; porque sigo creyendo y creando en y por un futuro mejor, donde reine la democracia, la libertad y la igualdad de oportunidades para todos. Por ello y frente al desafío del que se aferra al poder a pesar de las circunstancias, os invito a levantar nuestra voz diciendo con firmeza: «YO TAMBIÉN ME QUEDO».

A quien corresponda: grupos y/o responsables políticos; medios independientes de comunicación, colectivos civiles, organizaciones de todo tipo amantes de la libertad… es hora de actuar defendiendo lo que creemos porque: NO NOS PODEMOS MARCHAR.

Juan A. Pellicer

2 Comentarios

  1. Anónimo

    Genial descripción de un acto dictatorial, o sea, de un dictador.

    YO TAMBIÉN ME QUEDO!!!

    Responder
    • Juan A. Pellicer

      Muchas gracias «Anónimo» por hacerte y unirte a este clamor por la democracia. Un abrazo

      Responder

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