Negro el olvido
como blanca la pena;
triste el caminar
como alegre el ansia
por llegar;
ese, el infortunio
de una verdad
siempre incompleta,
luces y sombras
de cualquier vida
llevada por …
¿quién sabe? que camino.
En la largueza de la mirada
se otea la negrura
de las dudas esparcidas
en las veredas
que solitarias envuelven
todas las tristezas,
arrastradas por pasos
de temor indecisos.
Temores,
envueltos en los negros
de tantos olvidos,
que no supieron ver
la esperanza oculta
tras el delicado blancor
brotando entre una sutil sonrisa.
Se acaricia con la ternura
de quién se sabe vivo;
se sabe vivo, quién escapó
al vacío de su olvido.
Una y otro
en voluntaria mascarada,
nos van llevando quizá
a tan deseado …
ningún lugar.
(Incluido en el Poemario: «23. Cabalgando sobre tiranías»)
©Jpellicer
(Voluntaria mascarada©
2308245130659)
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