En la duda de lo que está por venir y abrazado a la ilusión, camina el hombre esperanzado en la bondad de los días. Sabe del riesgo de no escuchar su voz, sin embargo de ella alimenta su alma. En su discurrir, como guiado de los sonidos que van dejando los silencios tras las miradas, las distancias se hacen pequeñas en la explosión de cualquier anhelo.
Gozar, extrayendo de los momentos lo mejor de ellos, concediéndonos el atrevimiento de continuar siendo, sin miedos ni complejos, a la mejor cara de como lo somos por dentro, es sin duda, la muestra más evidente que vivimos en la coherencia de la voluntad, y ella por tanto, en uno de los pilares imprescindibles de nuestra libertad.
Quizá ser feliz no sea otra cosa que aprender a vivir asumiendo nuestra fragilidad al tiempo que estar convencido que somos esencia de fortaleza y contundencia, porque desde nuestra pequeñez, somos incapaces tanto de aceptarlo como de comprenderlo. En esa incomprensible nube de incoherencia vivimos tan acomodados.
Desde donde se encuentre en este recién estrenado año nuevo, que lo sea de paz y salud; que lo viva desde la libertad; que lo sienta como suyo y que lo comparta como el más bello y preciado bien a defender.
Eso les deseo.
Juan A. Pellicer
Feliz año Juan Antonio.
Enhorabuena a ti y a tu magnífica revista.
Abrazos
Muchas gracias e igualmente para ti. Abrazos