Frente al Tirano y su tiranía: La razón de la respuesta Civil©

por | Mar 24, 2024 | 2 Comentarios

«Ser tirano no es ser, sino dejar de ser,
y hacer que dejen de ser todos».
(Francisco de Quevedo)

Cuando la sociedad va adquiriendo conciencia a través de la constatación de los hechos: instituciones colonizadas por la ideología; medios de comunicación -no todos- plegados a los intereses del «prometido» régimen; ocultación o negación de casos de gravísima corrupción; estructurada cadena de tráfico de influencias y un larguísimo y preocupante, por peligrosa degeneración política y social, declive democrático como consecuencia de la deplorable actitud política de su máximo responsable “convertido” -porque hasta alcanzar el poder «vendía» a todos, sus mensajes absolutamente contrarios a los actuales- un opresor que ahora busca someter a los ciudadanos bajo el yugo de su propio capricho e interés teniendo por única razón la de perpetuarse en el poder. Ante esta monstruosidad, la respuesta civil va emergiendo como una sola voz en la exigencia de la renuncia y la revocación del lamentable legado de esta deplorable casta gobernante. Esta voz, cada vez más atronadora, que desafía la traición y la ofensa con coraje, convicción y absoluto compromiso democrático, no puede ser, no será silenciada.

Dicha respuesta civil ante el tirano dictador no es una reacción espontánea y casual de cuatro locos nostálgicos, no, es un acto de resistencia social y mayoritario, tan audaz como contundente, un gesto mantenido en el tiempo de rebeldía ante el oprobio, una afirmación de humanidad y dignidad frente a la tiranía tan despiadada como desquiciada quizá porque vive sus días intuyendo su triste y quizá trágico final o ambas cosas a la vez. Es un grito de «guerra moral», una declaración que deja patente que la opresión no es tolerada, y que la libertad y la justicia son derechos inalienables que ningún autócrata puede arrebatar. Así debe ser, así se vislumbra esta voz que cada día suena más alta en cada vez más rincones, promovida por más personas en torno a más colectivos. Por cierto, se me ocurren tres que, al menos hasta donde yo sé, -solo sé que no sé nada- aún no han expresado su posicionamiento fuerte, claro, rotundo, expreso, sin ambages ni medias tintas y como tales colectivos, en contra a esta tiranía: Conferencia Episcopal, Asociación de la Prensa e Ibex 35. No entiendo -o si- estos más que preocupantes «silencios», porque se me hace muy difícil creer que puedan estar de acuerdo precisamente ellos que son o dicen ser los defensores de la solidaridad, el uno; de la libertad de expresión, el otro, y del libre comercio y la sociedad de mercado, el tercero. Excluyo de este selecto grupo de «silenciosos» a los representantes del cine y la cultura porque si sé de su obligada y bien subvencionada «mudez»

El corazón de la respuesta civil se apoya en la valentía, la voluntad de desafiar al tirano y toda su cohorte de corruptos miserables y vividores. Es el arrojo de aquellos que enfrentan la represión con la frente alta y su dignidad impoluta. La historia reciente nos ofrece ejemplos de rebeliones sociales cívicas y pacíficas, donde los traidores -o aprendices de traidores- han sido, por la fuerza de la sociedad amparada por la Ley, felizmente derrocados. Porque la respuesta civil es un proceso de renacimiento guiado por la regeneración; una oportunidad para que una sociedad renazca de las heridas de la opresión -muchas y en muchos ámbitos- y florezca de nuevo el estado donde la libertad, solidaridad e igualdad de todos sus ciudadanos sea el paradigma que los guie, para que la democracia vuelva a sentirse libre, sin ataduras, sumisiones o amenazas.

También y para finalizar consideremos que la respuesta civil ante el tirano dictador es un acto de esperanza porque existe el convencimiento que es posible además de necesario. Es la constatación de que, aunque existan temores en todas direcciones, la luz de la libertad nunca se plegará al escarnio del despotismo, porque «la valentía no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él» y porque esta respuesta frente al yugo del tirano y su miserable tiranía se erige como «obligación moral» desde la compartida y asumida convicción que la libertad es esencial porque conviene tener siempre presente, por nosotros y por todos los que vienen tras nosotros, que la victoria sobre la tiranía no es solo un sueño utópico, sino que se convierte en una lucha inevitable cuando la sociedad se une en la irrenunciable e inquebrantable defensa a la justicia, exigiendo respeto a nuestra democracia y acatamiento a nuestra Constitución.

Juan A. Pellicer

2 Comentarios

  1. Tribu amada

    Estimado Don Juan Pellicer

    Cómo agradecer que me comparta estas profundas reflexiones.

    Amalia Lateano

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