Embarcados en la magia del Alba

El amanecer sobre el Mar Menor es un poema en movimiento, un lienzo natural donde tiempo, luz y agua se entrelazan en una danza de colores y texturas. A medida que el sol se asoma tímidamente por el horizonte, el cielo se va tiñendo de suaves pinceladas rosadas y naranjas, reflejándose en la superficie tranquila del mar. Es un espectáculo de la naturaleza que nos invita a sentirnos EMBARCADOS en una mágica travesía de serenidad y contemplación.

Las embarcaciones fondeadas son como guardianes silenciosos de este espectáculo diario, cada una aportando su forma a la composición de una obra de arte viva. Los mástiles se elevan como pinceles al aire, dibujando líneas que se mezclan con las primeras luces del día. Las aguas cristalinas son un espejo perfecto, dando voz a la belleza y creando una sinfonía visual que nos envuelve en su lirismo.

En estos remansos de tranquilidad, la textura del agua, a veces lisa como un cristal, otras ondulada por suaves brisas, nos invita a una reflexión profunda. Cada onda, cada destello de luz es un susurro de calma, un recordatorio de la paz que se puede hallar en los rincones más sencillos de la naturaleza. Nos sentimos navegantes de un mar de sensaciones, donde cada amanecer es una promesa de nuevos comienzos.

El encanto de este Mar que es Menor reside no solo en su belleza, sino en la capacidad de sus amaneceres para conectar con nuestra alma. Contemplando estas escenas, nos embarcamos en un viaje interno, donde la serenidad del paisaje se convierte en «oración» para encontrar nuestra propia calma y equilibrio. Las fotografías de estos momentos capturan más que imágenes; atrapan la esencia de un instante efímero pero eterno, un reflejo del mundo y de nosotros mismos, fondeados en la inmensidad de la existencia.

Juan A. Pellicer

Sursum Corda (Arriba los corazones)