El Alba encantada del Mar Menor

El Mar Menor, joya natural de la región de Murcia, ofrece a sus visitantes un espectáculo sin igual cada mañana: sus amaneceres. Al despuntar el alba, el horizonte comienza a teñirse de tonos suaves que evolucionan en una maravillosa explosión de colores. Los primeros rayos de sol van dibujando el cielo de un rosado tenue, que poco a poco se transforma en una sinfonía de naranjas, rojos y dorados. Es un espectáculo que invita a la reflexión y conecta al observador con la serenidad del entorno.

El silencio de la madrugada, roto solo por el leve murmullo de las olas y el canto distante de alguna gaviota, acompaña la lenta ascensión del sol y a medida que va emergiendo del horizonte, sus reflejos sobre la superficie calmada del Mar van creando un juego de luces y sombras que parecen danzar al ritmo del amanecer. Las texturas del agua, en constante cambio, añaden una dimensión mágica y única a este privilegiado y único paisaje.

Contemplar un amanecer en el Mar Menor es sumergirse en una experiencia sensorial completa. El aire fresco, impregnado del aroma salino, revitaliza el espíritu conmoviendo los corazones. Los colores cálidos del amanecer infunden una sensación de paz renovando la esperanza. Este espectáculo natural no solo es un deleite para los sentidos, sino también una invitación a la introspección y al agradecimiento por la belleza simple y pura que la naturaleza nos regala.

Cada amanecer en el Mar Menor es diferente, una obra de arte efímera que se despliega ante los ojos de quienes se toman el momento de apreciarla. Es un recordatorio de la grandeza del mundo natural y del inmenso privilegio que supone ser testigos de su constante renovación. Así, los amaneceres del Mar Menor se convierten en un regalo invaluable, una fuente de inspiración y serenidad para todos los que tienen (tenemos) la dicha de presenciarlos, de vivirlos … de hacerlos en definitiva, un poco nuestros.

Juan A. Peliicer

Sursum Corda (Arriba los corazones)