Ayer tuvo lugar vía internet la primera presentación oficial de Cartas de Molay, mi última obra. El evento, organizado desde México por El Círculo de Lectura, Experiencia y Psicoanálisis en colaboración con Grupo Bipsic, fue coordinado por Josué Avalos y Judith Almonte Reyes como prologuista de la obra.

Uno, que es nuevo en estas líderes digitales, observa como gracias al avance de las nuevas tecnologías podemos interactuar en positivo acercando distancias tanto físicas como intelectuales, personales, etc. Este es el caso.

Dentro de un ambiente distendido y enriquecedor y bajo la experta mano profesional de Judith Almonte Reyes como conductora y presentadora del acto, se desarrolló la primera de las presentaciones de Cartas de Molay.

El evento permitió abordar el cómo y el porqué de esta nueva propuesta literaria. Amigos, lectores y visitantes invitados tuvieron la ocasión de preguntar interesándose por los entresijos, «misterios» y secretos que siempre alberga cualquier iniciativa de estas características.

Las preguntas giraron en torno a estos y otros propósitos, como conocer un poco más todo lo que hay tras esta propuesta: ¿Por qué este género (Epistolar)? ¿Quiénes son sus protagonistas? ¿Tiempo invertido? ¿Objetivos del autor? Y un largo etcétera de cuestiones que dan sentido a los años que Cartas de Molay ha necesitado para ver la luz. Por supuesto, todas y cada una de ellas, tuvieron por mi parte su respuesta, su razonamiento su explicación más o menos extensa.  

Cartas de Molay se sustenta en valores fundamentales: humildad; respeto; actitud positiva; honor; lealtad; dignidad y un largo etcétera (en positivo y también en negativo: ira; odio, envidia; traición…). Cada uno de ellos son los pilares sobre los que se sostiene y configura la obra, aunque tal y como quise destacar durante la presentación, todos quedaban englobados en el Amor como valor superior, que los unía a todos. Porque y en este contexto, el Amor no solo une, sino que también actúa como fuerza motriz que impulsa cada página, cada carta y cada pensamiento expresado en la obra. Siendo la valentía y la libertad, como actitud del autor, que destacan en Cartas de Molay, reflejando un compromiso personal con la autenticidad y la verdad.

La valentía se manifiesta en la audacia y voluntad de explorar temas profundos y complejos, en tanto que la libertad se refleja en la forma en que la obra desafía de alguna manera esquemas y protocolos preestablecidos, ofreciendo una visión original y personal del mundo, ese que existe o puede existir entre dos personas -dos mundos distintos y por tanto, distantes- abordando una misma emoción desde diferentes ópticas o perspectivas.

Este evento no solo fue una celebración de la culminación de años de trabajo, sino también un testimonio de cómo las nuevas tecnologías pueden enriquecer nuestras experiencias culturales, permitiendo que obras como Cartas de Molay lleguen a un público más amplio y diverso, fomentando así una comunidad de lectores que comparten y valoran estos principios fundamentales.

Solo me resta reiterar de nuevo mi sincero y profundo agradecimiento tanto a Josué Avalos por la brillante organización llevada a cabo, como a Judith Almonte por su reiterado compromiso con Cartas de Molay desde su ya famoso prólogo hasta el regalo continuo con que, desde su altruista y muy valorado compromiso con las letras, obsequia una vez más esta propuesta que de manera tan generosa ha hecho suya. Lo cual, como digo, supone para mí un profundo sentimiento de gratitud y siempre agradecimiento.

Cartas de Molay, irá allá donde exista interés en ser conocido. 

Muchas gracias a todos los participantes.