Gracias a la generosidad de la escritora Judith Reyes, tuve la fortuna de ser invitado al espacio «Lecturas para no callar», un refugio literario que, desde México, es conducido y coordinado por Josué Avalos. Este espacio, más que un simple evento, es un encuentro de almas apasionadas y comprometidas por las letras: escritores, profesores, poetas, docentes… se unen para celebrar la palabra escrita, leer la obra de un autor y luego compartir un diálogo enriquecedor con él.
Durante mi participación, no solo exploramos mis últimas obras, sino que nuestras conversaciones fluyeron hacia los conceptos, motivaciones e inspiraciones que nutren el proceso creativo. Hablar de mi trabajo y escuchar las interpretaciones y preguntas de los asistentes fue una experiencia profundamente gratificante. Sentí cómo cada verso y cada página cobraban vida a través de los ojos y corazones de quienes me escuchaban y con quienes compartía.
Esta invitación ha sido un soplo de aire fresco. Compartir lo que uno «va siendo» en el vasto mundo de las letras es una oportunidad única. Me recordó la importancia de esos «simples» versos que, como digo en uno de mis poemas, «… ellos serán mi voz…«. Redescubrir que mis palabras tienen su propia voz y resuenan en otros es un aprendizaje que me llevo con gratitud y sobre todo con humildad.
El intercambio de ideas con los demás participantes fue igualmente enriquecedor. Conectar con personas que comparten inquietudes y compromisos, aunque estén a miles de kilómetros de distancia, fue inspirador. En particular, me gustaría destacar y felicitar a Josué Avalos por su tenacidad y esfuerzo en crear y mantener estos espacios, ya que su dedicación fomenta el crecimiento del mundo de las artes y las letras, algo que considero vital en nuestra sociedad actual.
Vivimos en tiempos donde la indiferencia, la intolerancia y la exclusión parecen prevalecer. Espacios como «Lecturas para no callar» son esenciales porque, más allá de sus contenidos brillantes e interesantes, se basan en la libertad y el respeto. Estos valores son fundamentales y, lamentablemente, a menudo escasean en muchos ámbitos sociales.
Participar en este espacio me reafirma en la importancia de la palabra y del encuentro. Agradezco profundamente esta oportunidad y me siento honrado de haber compartido mi voz con personas tan comprometidas y apasionadas. Animaré siempre la creación y participación en estos espacios que promueven la cultura, el diálogo y la comprensión mutua.
Muchas gracias a todos los que con su ilusión, lo han hecho posible.
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