Sólo mis versos
para denunciar al tirano
y la crueldad de su falsedad;
sólo mis versos
malheridos en la pena
de cualquier indigente
de verdad y de paz;
solo ellos se hacen armas
para combatir
la muerte que trae el dictador.
Sólo mis versos
en la encrucijada del deber,
en la inhóspita soledad
del perdedor
en el confín de su desprecio;
solo mis versos
aferrados a su bandera
gritando para nadie
muertos en su trinchera.
Sólo mis versos
dando fuerza a la voz quebrada
enmudecida por la traición;
ellos y solo ellos
pueden tomar mi voz
haciéndome suyo troceando el alma.
Quiero que mis versos
lleguen allá donde yo no pueda,
que sean más fuertes que yo
y se vistan de clamor
buscando la mirada del falaz
embaucador de ánimas de paz.
Que mis versos
se enfrenten a la muerte del olvido
y del desprecio y la ofensa,
que no teman a nada,
que nacieron de la fortaleza
de la sangre de la palabra unidad.
Que hablen mis versos,
que yo no puedo…
que soy apenas nada.
Que acallen la voz,
entre sus comas y sus puntos,
del miserable, del indigno
y de todos sus sumisos;
que sus estrofas sean muros
impenetrables para el ladrón de esperanzas,
y que sean los primeros
de millones de poemas
cantando a la vida,
construidos de versos
arrancados del alma de la ilusión
de tantos poetas tristes.
Que griten mis versos
¡que no paren de gritar!
que nos lo calle el miedo
ni los detenga la amenaza;
que se hagan fuertes en su pobreza
y grandes en la paz de sus silencios.
Que hablen mis versos
enfrentando al perverso
a su maldita y execrable realidad;
que hagan de su vida
otro sencillo poema
que lleve la palabra dignidad
prendida en cualquier renglón
aunque sea perdido en el inmenso mar
de este poema que llora
por su letra perdida: libertad.
©Jpellicer
Sólo mis versos©
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